Los últimos golpes del campeón
Lo que está muerto no puede morir.
Game of Thrones
Ahí está el Kid
tirado en la esquina de lo que siempre ha sido su tumba.
Sudado
con las costillas y la nariz rota
sostenido por una fe sin nombre
y por el aliento de la rubia del traje rojo.
Ella lo observa
se muerde los labios
con ganas de beber
todo el líquido grasoso
de esa piel negra que es Kid
tirado en su esquina
jodido
peleando su último cartel.
Revivido quizás
por el aroma a café
de las bodegas en Galiano.
Por el olor agrio del sexo de la rubia
que sentada en una butaca
se penetra con los dedos
despacio
sin importar que los demás la vean
sin darse cuenta de que a Kid
su contrario cuando puede
le susurra al oído
la muerte es también un nuevo comienzo.
Y el campeón lo mira con los ojos
hinchados
inocentes
mientras se aferra a las cuerdas
como otros hombres se aferran al pasado del país.