La constitución alemana: Un homenaje a la libertad

Por Ariel Maceo


A Cuba y Alemania las une el comunismo, pero no de la manera que a muchos les gustaría, sino como dos países testigos de lo que ha sido uno de los sistemas que más terror ha propagado por el mundo. Y menciono a Alemania como país entero, porque a pesar de que todo el territorio no estuvo bajo el sistema comunista, los alemanes sufrieron de una forma u otra los estragos que el comunismo provocó en el Este.


Alemania como conocemos, logró derribar ese muro de terror que dividió a Berlín en dos realidades y retomó el camino a la democracia. 


Lamentablemente Cuba sigue bajo una dictadura que ya lleva 65 años en el poder. Ahí es donde se separa la historia de Cuba y Alemania. Mientras la segunda es defendida por la democracia, su constitución, la diversidad de opiniones, la pluralidad, y la buena fe de hombres y mujeres de bien, la primera se hunde en el lodo del totalitarismo y la apatía.


La democracia es como un hilo fino, un niño montando bicicleta por primera vez, un teléfono encima de la mesa de una plaza. Hay que estar pendientes de ellos. La democracia no se puede dejar de la mano. Y una de las mejores formas de protegerla es con una constitución que garantice los derechos fundamentales de la gente. Las constituciones no son para proteger solamente a los políticos o empresarios, o a las fuerzas militares de un país, ni a ningún partido en particular. Las constituciones, creo yo, son para proteger los derechos individuales tanto del dueño de una compañía, como de un panadero. 


Solo así se defiende la soberanía de un país y justo eso hace la constitución de Alemania. O al menos eso creo yo que soy nuevo en este país. 


Imaginen que el artículo cuatro de la constitución de su país, diga que la defensa de la patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada ciudadano / Que el sistema socialista es irrevocable. Y a continuación el artículo cinco diga: El Partido Comunista, que también es marxista y leninista, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado / Y es el único que puede organizar y orientar los esfuerzos comunes en la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista. 

Ustedes pensarán que ambos artículos son sacados de la constitución del país Oceanía, de la novela 1984 de George Orwell, pero no, esos dos artículos pertenecen a la constitución de Cuba aprobada en el 2019, hace tan solo 5 años.

Mientras el artículo uno de la constitución de Alemania reconoce que la dignidad es intangible, que respetarla y protegerla es obligación de todo deber público. Que el pueblo alemán reconoce los derechos humanos inviolables e inalienables como fundamento de toda comunidad humana, de la paz y de la justicia en el mundo. Y los derechos fundamentales están vinculados al poder ejecutivo, al legislativo y al judicial convirtiendo así a Alemania en un estado de derecho, el artículo uno de la constitución cubana dice que Cuba es un estado socialista de derecho y justicia social, democratico, independiente y soberano. En esta parte se pueden reír sin pena. 

Lo peor de todo es que con semejante absurdo, Cuba misma se considera uno de los países más democráticos del mundo, cuando en realidad es un país que ni siquiera tiene elecciones libres y es gobernado por un solo partido que además está por encima de la constitución. Serio se pueden reír.

De ahí la grandeza de la constitución alemana que este año llega a su 75 aniversario. Una carta magna que defendida por la buena voluntad y el sentido común, ha logrado proteger y acompañar la vida digna de los alemanes y alemanas durante todos estos años.

Ya quisiéramos los cubanos tener una constitución que garantice la separación de poderes, que permita la libertad de expresión, la libertad de prensa, y la libertad de asociación. Una constitución que permite partidos políticos y elecciones libres, y que, además, estos derechos fundamentales estén vinculados a los tres poderes del gobierno garantizando el Estado de Derecho. Ya quisiéramos los cubanos tener una constitución así como la tienen los alemanes. 

Siéntanse privilegiados por tener una carta magna que resguarde sus derechos civiles y políticos, porque tanto en Cuba como en otras partes del mundo eso no existe. Y sí, los alemanes seguro que tienen sus diferencias y sus problemas, pero al menos gozan de la posibilidad de defender sus derechos y el de los demás con el respaldo de la constitución. O al menos tienen la posibilidad de exponer esos problemas y protestar pacíficamente sin que constituya un delito. Y eso, créanme, es algo digno de celebrar. 

Así que levántense de sus asientos, alcen sus copas, y brinden por la constitución de Alemania, que también es brindar por la democracia, el sentido común, y la libertad.

Salud.