Los hermanos Urquiola

Casa de Ariel Ruiz Urquiola by Ariel Maceo
Por Ariel Maceo


Ariel Ruiz Urquiola y Omara Ruiz Urquiola son un dolor de cabeza para el régimen cubano. Lo eran dentro de Cuba, y fuera de Cuba lo siguen siendo. Conocí a Urquiola en su finca. Yo estuve allá arriba junto con Abu Duyanah. Los tres nos pasamos el día entero trabajando la tierra y ayudando en la finca. Digo allá arriba porque la finca está altísimo en una loma, y que por cierto, no tiene corriente porque el régimen se la cortó.

Camino a la finca Abu y yo sufrimos la intimidación de los agentes de la Seguridad del Estado. Llegamos de noche a Pinar del Río y tuvimos que caminar medio Viñales a pie porque ya no había transporte. Fueron varios kilómetros sin luces en la carretera y con la Seguridad pasándonos por los costados a toda velocidad. Lo mismo venían atrás de nosotros en motos, que de frente en autos alumbrándonos las caras. Muchas veces se quedaban detenidos a unos metros delante de nosotros y muchas veces tuvimos que tirarnos a la cuneta a esperar que se movieran. Así estuvimos todo el camino hasta que empezamos a subir la loma. Miedo es poco para lo que pasamos.

Allá arriba conocí a mi tocayo Urquiola. Un hombre extraordinario que cómo mismo él dice, no se guarda nada. Urquiola para mi es un genio, por eso la dictadura castrista le tiene tanto miedo.

Antes de mi regreso a la Habana agentes de la Seguridad del Estado estuvieron en mi casa para regar el veneno. La Seguridad estuvo un tiempo que se aparecía en mi casa cuando yo no estaba para intimidar a mi familia con la amenaza de meterme en la cárcel si seguía escribiendo poesía y haciendo activismo.

A Omara la íbamos a visitar en su casa en Playa, La Habana. Nos pasábamos horas conversando y tomando café. Ideando un país mejor. Dándonos apoyo mutuo porque si algo intentaba el régimen para ese entonces, era aislarnos. Aparecía una patrulla o agentes de la Seguridad en casa de Omara y simplemente no dejaba entrar a nadie. Cuando digo Omara también puede ser la casa de otros opositores incómodos al régimen, incluido yo. Estuve varias veces en arresto domiciliario donde no se me permitía ni salir a buscar pan, y muchas veces me quitaban el Internet. 

Una de las últimas noches que estuve junto a Luis Dener en la Habana, nos la pasamos en casa de Omara, gusaneando.

Todo esto lo cuento porque los hermanos Urquiola han sufrido la persecución política en carne propia, y no sólo ellos, también su familia. Son dos intelectuales que tienen muy claro cómo debería ser la Cuba libre del futuro, y cómo debería ser el proceso para llegar a ella.

La directa que hizo Urquiola en su Facebook dejó claro que no solamente luchamos contra el Castrismo, sino también contra un monstruo alimentado y moldeado cómo enemigo. Véanla.

Pobre del que crea que cuando caiga la dictadura cubana la lucha termina. Ahí comenzará otra lucha. Porque el pilar de la nueva Cuba no será ni el socialismo democrático, ni la convivencia política con los altos funcionarios del PCC, ni el colectivismo, ni el nacionalismo, ni el socialismo del siglo 21.

La Cuba después de la dictadura tiene que ser una Cuba democrática, individual, con separación de poderes y con instituciones que no se subordinen a un pequeño grupo. La Cuba después de la dictadura tiene que ser libre.

La tarea de cubanos dignos cómo los hermanos Urquiola y muchísima gente que conozco, será velar y defender la democracia y la libertad a toda costa. Será la de convertir a los cubanos en lobos para que se puedan valer por si solos y comprender la pesadilla socialista de la que acaban de despertar. Será la de despertar el sentido común y la libertad individual.

Para terminar dejo esta foto que le tomé a la casa de mi tocayo Urquiola, porque en un interrogatorio tratando ellos de saber, que fui a hacer en la finca, me dijeron que los Urquiola eran millonarios, y la realidad es que esa casa que ven, y la de Omara en Playa, son las típicas casas de miles de personas en Cuba, arrasadas por el fantasma del comunismo.